A partir del mes de junio del año 2013, las oficinas, locales y viviendas en venta o alquiler por periodos superiores a los cuatro meses deberán disponer de un certificado de eficiencia energética que califique su grado de eficiencia energética, en una escala desde la letra A (de mayor eficiencia) a la G (menor eficiencia), y recomiende posibles medidas de mejora.
La certificación energética era obligatoria desde 2007 para los inmuebles de nueva construcción y ahora lo será para todas las edificaciones, tras la publicación del Real Decreto 235/2013 que transpone la directiva comunitaria de 2002 sobre la materia.
La nueva norma obliga a incluir la etiqueta energética en toda oferta, promoción o publicidad dirigida a la venta o alquiler de un inmueble, sean viviendas o locales comerciales.
La etiqueta de eficiencia energética
La etiqueta energética como el distintivo que señala el nivel de calificación de eficiencia energética obtenida por el edificio o unidad del edificio.
La obtención del certificado de eficiencia energética otorgará el derecho de utilización, durante el periodo de validez del mismo, de la etiqueta de eficiencia energética. La etiqueta energética es el distintivo común en todo el territorio nacional, garantizando en todo caso las especificidades que sean precisas en las distintas comunidades autónomas, que expresa la calificación energética con indicadores energéticos.
La etiqueta energética clasifica los edificios dentro de una escala de siete letras, que parte de la letra G (edificio menos eficiente) a la letra A (edificio más eficiente). Visibilidad de la etiqueta La etiqueta se incluirá en toda oferta, promoción y publicidad dirigida a la venta o alquiler del edificio o parte de éste. Es necesario también transferir el certificado, original en el caso de venta o copia en el caso de alquiler, con el resto de documentación del piso al nuevo propietario o inquilino.
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